El misterio de los interiores domésticos

La Nueva España, 27/11/2007

Juan Carlos Gea, Oviedo

 El misterio de los interiores, la soledad de la figura humana y la luz, especialmente la luz natural en contraste con la sombra, son los temas que sustentan la obra que la pintora Mónica Dixon (Nueva Jersey, EE UU, 1971) expone desde ayer en la sala Costa de Diego (Manuel Pedregal, 9).

A través de una treintena de obras, la inmensa mayoría acrílicos sobre tabla, la artista refleja un universo cerrado, doméstico y habitable en el que, sin embargo, hay lugar para los climas enigmáticos. Dixon -en la imagen, ante una de sus obras- ha operado una restricción en sus temas y en su paleta, que han abandonado los exteriores y abordan la figura humana -en las escasas ocasiones en que ésta aparece- de un modo más esencial y menos anecdótico, casi reducida a la condición de un cuerpo más inmerso en las atmósferas de los cuadros y rodeada de soledad, a la manera de Hopper. A cambio, la pintora, que ha depurado sus recursos técnicos, está más interesada en explorar los efectos de la luz sobre los objetos y los espacios, y se emplea con virtuosismo en técnicas como el contraluz.