La exposición colectiva que Marietta Negueruela ha preparado en su sala coincidiendo con las fiestas navideñas permite contemplar la obra de 17 autores diversos en estilos. La muestra resulta atractiva por esa diversificación de tendencias y por el tamaño uniforme de todas las obras, reducido, con el objetivo fomentar el coleccionismo en Palencia, ya que el precio de cada pieza también está unificado, así como el material, el denominado tablero DM (19 x 24 centímetros). La propuesta que la galerista dirigió a los 16 pintores -ella es la decimoséptima expositora- ha tenido una buena aceptación. Todos ellos han accedido a pintar expresamente para esta muestra los cuadros exhibidos, pese a significar vender su obra por debajo del precio habitual.
La exposición se inicia con cuadros de Manuel Sierra, leonés afincado en Valladolid, que ya tuvo una exposición individual en la sala. Paisajes, bodegones y un carro, estela de la serie dedicada a este instrumento agrícola, son los temas empleados en ese estilo característico suyo basado en la linealidad, las estructuras geométricas y colores vivos. El palentino Fernando Zamora desarrolla una abstracción intimista donde la mancha adquiere protagonismo, junto a unas líneas de vocación geométrica que cruzan estas pequeñas obras, todo ello sobre un fondo de tonos blancos.
Acacio Puig, pintor que ha vivido los últimos ochos años en Palencia hasta que hace unos meses trasladó su residencia a la provincia de Segovia, es un excelente ilustrador, lo que se refleja en sus pinturas, en las que el cuerpo humano, casi siempre femenino, aparece envuelto en una maraña de elementos, estratégicamente ordenados y siempre vinculados a todo tipo de referencias oníricas, sociales, eróticas El predominio del dibujo se evidencia también en las obras de Carlos Sanz Aldea. Excepto dos marinas, ejecutadas con buena factura, el resto representan espacios ilusorios e imaginarios, con referentes en un toro, un puerto o una especie de parques recreativos, realizados con mucho trabajo y minuciosidad en los detalles.
El profesor de Carrión de los Condes Juan Carlos Matilla (zamorano de Toro afincado en Palencia), que fue un descubrimiento cuando expuso por primera vez en la misma sala, no deja sus temas de naturaleza ya conocidos y bien valorados. Ahora presenta cuadros de la laguna de la Nava y cardos. La Nava aparece con naturalidad combinando el efecto del agua con la maleza que crece. El realismo de los cardos es significativo de las cualidades del pintor. Carlos Aquilino ofrece una visión irónica y sarcástica de la construcción, asunto muy candente en la actualidad, a través de la personificación de los bloques de pisos, que corren y bailan entre grúas, adoquines y una paleta cromática muy diversificada.
Gloria García Pertejo pinta paisajes en la órbita impresionista, muy agradables por el tratamiento del color verde, muy matizados en los diferentes tonos de luz. Enrique Reche es un pintor vallisoletano que pinta flores con una exquisita finura y un minucioso acabado. El fondo pictórico y la posición horizontal de las flores aportan a estas obras elegancia y equilibrio en la composición.
Marietta Negueruela desarrolla sus frutas esplendorosas, con un brillo exuberante, un estilo que se extiende por las distintas variedades horticulturas. También se exhibe un díptico de una marina desde el interior de una habitación, una obra equilibrada entre las líneas y los colores verde y azul. El palentino Pedro Bureba crea superficies de fuerte personalidad plástica a través del uso de materiales potentes, como la tablilla de madera o de la propia masa pictórica. El equilibrio llega con los colores cálidos de tonos salmón y rojos.
Pablo Sarabia propone paisajes sugerentes basados en la fuerza del tronco de los árboles y de las hojas. La figuración urbana está representada por la asturiana Mónica Dixon, que protagonizará en enero la próxima exposición individual en la sala Marietta Negueruela. Dixon destaca por sus interiores con una luz íntima y formas geométricas en las estancias domésticas y por la suavidad de las escenas en la cafetería.
Joaquín Belmonte
El palentino Joaquín Belmonte presenta series de amapolas sobre fondos variados de gran plasticidad. La vallisoletana Belén González ofrece dos solitarias palmeras y un paisaje más amplio de tonos verdes. Carlos Bloch, que también expuso de forma individual en la misma sala, desarrolla una pintura expresionista, basada en el rostro humano y con un componente ilustrativo acusado.
La exposición se cierra con la obra de otro palentino, Chema Manzano, que presenta un estupendo anochecer y unas construcciones de piedra rurales de tonos grises muy bien integradas en el paisaje.